Ya no juego al escondite inglés.

Siendo consciente que al error

sólo dos letras lo separa

del  horror y de reír,

no se juega, se es mayor.

 

La inmensidad de la incertidumbre

pisa las calles de la existencia

empujando hacia el ángulo oscuro

al hombre moderno que piensa.

 

La ciudad es una mancha de verdad

decorada por las luces-ambiciones

Que iluminan como pantallas al más allá

distopías entre viles o febriles corazones.

 

Pero caen las estaciones sin piedad

envolviéndonos en hilos de diamante

cuando perseguimos el az(áh)ar.

 

Madurar tejiendo el frío y no comer

porque en tu hambre mandas tú

y la nada siempre es fruto del placer.

 

Al ayer, sólo dos letras lo separan

de la llave, como una de caer,

ahora intenta que no sea tu cadáver.

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