Prueba a no vestirte,
Poniendo cada prenda,
En la percha imperceptible
Del hombre que serás.
Mira a tu reloj
montándote en carrera
Y no sucumbas nunca
A la cotidianidad.
Piensa, aún es pronto
Aunque sea tarde,
Y que tras el gris
Siempre hay un color,
Que ese grito sordo
Que nace a cada instante…
Ese grito sordo es
Todo intuición.
Piérdete en la noche
pero escucha el grito
Busca una salida a ese creador.
Corazón podrido, corazón marchito
Ahora en piel de otro;
no eres sino herida y hambre de razón…